La Sierra pierde uno de los hitos de su identidad

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Dejar caer la Ermita de San Salvador pone en jaque las leyes de patrimonio de la Junta de Andalucía

Ubicada en una propiedad privada, al amparo de una de las rutas de trashumancia más antiguas de la Comarca de la Sierra de Aracena sobre el llamado Camino de San Salvador que bajando desde el norte de la Península, a través de la Encomienda  de León,  se adentraba en la Sierra tomando las rutas ancestrales a las tierras más cálidas del sur de Andalucía, la Ermita de San Salvador en la villa serrana de Puerto Moral es uno de los ejemplos más antiguos, sino el que más, de la expresión guerrera de la fe en las tierras de  fronteras  al norte del antiguo reino de Sevilla.

Allá por año 1982 Rodolfo Recio y Eduardo del Valle se hacen eco y aportan el primer estudio sobre la construcción de la ermita en la revista – Huelva 79 municipios -, magnífica tesis es la del arqueólogo Omar Romero de la Osa donde desgrana la arquitectura rural del antiguo reino de Sevilla en la Comarca de la Sierra de Aracena.

Levantada sobre un asentamiento de época romana. Las primeras fases constructivas del edificio deben situarse a mediados del siglo XIII dentro de la tipología de iglesias de ábside plano, sin descartar un templo anterior de traza tardo antigua como lo atestiguan los restos de columnas y trozos de un cimacio de los siglos VI-VII D.C hoy en paradero desconocido. Su emplazamiento revela asimismo la importancia que tuvo el edificio y la zona durante la Baja Edad Media, el asentamiento de San Salvador, germen de la Villa de Puerto Moral, estuvo habitado hasta finales del Siglo XV. La meseta natural sobre la que se ubica controla gran parte del Valle de la Rivera de las Uerbas o Huebras hoy de Huelva y, si atendemos tanto a su tipología como enclave, todo apunta a un uso eminentemente de control y defensa del territorio cuando se establecen los límites y defensa de las Órdenes Militares que controlaban el sur de Badajoz y los posteriores procesos repobladores.

La ermita ha sufrido numerosas intervenciones, si en 1723 se encontraba en buen estado, visitas posteriores de los visitadores del Arzobispado de Sevilla revelan un estado lamentable. Son numerosos los informes y referencias tanto en los archivos arzobispales como parroquiales sobre el estado del santuario. En 1747 Miguel Martín menciona que parte del edificio se encuentra en eminente ruina. En 1772 el vecino de Corteconcepción Francisco Pérez levanta un púlpito de mampostería. Entre 1784 a finales del siglo XVIII debieron acometerse las obras más costosas y significativas tales como se reformaron los arcos y levantaron, en algunos casos desde cimientos los muros perimetrales, así como se construye una nueva puerta de entrada hoy en parte cegada. Tras la invasión napoleónica la escultura del titular, San Salvador, es trasladado a la Iglesia de San Pedro y San Pablo de Puerto Moral donde ocupa la hornacina central superior de su magnífico retablo mayor, una pequeña iglesia que conserva un soberbio patrimonio histórico gracias a la mano entre otros de los mecenas locales del siglo XVIII perteneciente a la familia de los Ramírez Prieto.

Junto a las Ermitas de Santa Zita en Zufre, reconstruida a principios de Siglo, San Jerónimo y San Ginés en Aracena, Santa Marina en Valdezufre o las de San Pedro en Encinasola, Santa Brígida en Almonaster la Real, Santa Bárbara en Cortegana, San Mamés en Rosal de la Frontera, estas cuatro últimas a punto de perderse todo rastro y vestigio sobre ellas, son algunos de los exponentes más desconocidos del enorme patrimonio de la Comarca de la Sierra de Aracena, una de las zonas con más riqueza patrimonial de la Comunidad.

Con la ruina y eminente colapso total del edificio de San Salvador en Puerto Moral estamos ante una de las pérdidas históricas más incomprensibles y nefastas en la historia reciente en la defensa del Patrimonio de la Comarca de la Sierra, elemento fundamental en la identidad e hito sobre el que se asientan tanto singularidades etnológicas, históricas como la propia identidad serrana, no podemos hacer oídos sordos ante la eminente pérdida de uno de los elementos culturales más singulares del Patrimonio Serrano como es la Ermita de San Salvador de Puerto Moral.

En los últimos meses el desplome parcial de su muro sur ha dejado al descubierto gran parte del edificio y en un serio peligro de colapso total, afianzado por el debilitamiento de los tres arcos apuntados del siglo XIII sobre los que se asientan toda la cubierta, así como de los muros adyacentes vencidos en parte, a todo esto hay que unir el desplome y ruina del arco de la cabecera plana donde se ubicaba la capilla del titular que ha permitido tanto la pérdida de masa constructiva como el agravamiento de dejar a la intemperie toda la trama constructiva  interior.

Una de las premisas fundamentales desde la Consejería de Cultura es la custodia, defensa y protección del patrimonio provincial, pilares sobre los que se fundamentan los rasgos más significativos y diferenciadores como andaluces. Dejar caer la ermita de San Salvador en Puerto Moral es poner en duda la moralidad sobre la que se asientan las leyes de protección de nuestro patrimonio histórico, no podemos obviar que su titularidad como propiedad privada de derecho y menos justificación a quienes tienen el deber de protegerla para las generaciones venideras, una causa, jamas justificada, para su no intervención. 

La Sierra de Aracena, Huelva y nuestra Comunidad Autónoma esta a punto de perder uno de los elementos más singulares de su Patrimonio Histórico, hacer oídos sordos sólo justifica el desarraigo de una Provincia por su Patrimonio. 

Por Santiago González Flores de Zufre

santiagozufre@telefonica.net

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