Con la pérdida de estos restos ferroviarios de Minas de Cala, se pierde uno de los elementos más singulares del patrimonio ferroviario andaluz-extremeño

Constituida en 1900 en Bilbao, la Sociedad Anónima Minas de Cala fue una la Sociedades Mineras más destacadas de las que se crearon a inicios del siglo XX en el panorama nacional. Tras adquirir, entre otros, los derechos mineros de la zona de Cala de su anterior propietario, The Cala Mines Syndicate consideró prioritario la construcción de una línea férrea que partiendo de Minas de Cala llevase el mineral a los mercados europeos. 

Desde 1900 se estudian dos posibilidades, primero embarcar el mineral en el Puerto de Huelva, con la construcción de un nuevo muelle o conducir el mineral extraído a orillas del Guadalquivir a la altura de Sevilla. Tras grandes desencuentros con Sociedades como la del Ferrocarril de Zafra-Huelva o Minas de Riotinto, la Sociedad Anónima Minas de Cala (S.A.M.C) decide casi desde su creación la construcción de un ferrocarril que condujese al Guadalquivir a la altura de San Juan de Aznalfarache. 

El Ingeniero Jefe de la Compañía, Antonio Hernández Bayarri, propone dos posibles trayectos. El primero de los proyectos aprovecharía el curso de la Rivera de Huelva y el segundo el curso de la Rivera de Cala. Tras diferentes replanteos y cálculos presupuestarios, la Junta de Accionistas decide a comienzos que el primero es el más viable tanto por motivos económicos como por la gran cantidad de explotaciones mineras y afloramientos que se encuentran por donde debía concurrir la línea.

La construcción del ferrocarril se desarrolla entre los años 1901 y 1905. El 19 de de julio de 1905 se inaugura la línea para el transporte de mineral y el 24 de mayo de 1906 para el de viajeros. De las 12 estaciones con que llegó a contar la línea, hasta su cierre en 1956, la de la Rigüela en el punto kilométrico 54, a 1 Km. de la Central Eléctrica de Cala, era hasta hace unas semanas la mejor conservada.

La Estación de la Rigüela, como las del resto de la línea, fue construida entre 1903 y 1904, diseñada por el Ingeniero Hernández Bayarri, según planos de Pedro de Santamaría y participaron en su construcción maestros alarifes de Sevilla. 

La singularidad de la Estación de la Rigüela, con respectos a otras de la línea, era su singularidad al encontrarse en el ecuador del recorrido y ser un edificio de dos cuerpos. El Complejo de la Rigüela se ubicaba sobre sobre uno de los parajes más bellos del recorrido muy próximo a la Tallisca de las Palomas y contaba con un depósito de hormigón armado de J. M. de Zafra y un muelle anexo de 200 metros de longitud. Hasta 1940 contó con un depósito de locomotoras, qué a diferencia de los desaparecidos de Minas de Cala o San Juan de Aznalfarache, estuvo construido en madera.

A parte de las estaciones el Ferrocarril Minas de Cala contaba y cuenta, por ahora, con 11 puentes donde sobresale el Puente del Burro realizado en granito y hormigón armado de 20 metros de luz sobre el kilómetro 35,5.

Los túneles son otro de los alicientes de los senderistas y cicloturistas que se acercan a conocer estos parajes. Desde haces años, pero sin ningún atisbo de solución, son muchas las asociaciones de ciclistas, senderistas, amigos de los caminos e incluso instituciones que han pedido la reconversión de esta Línea Férrea en una Línea Verde que uniría las Regiones de Extremadura y Andalucía.

Dentro de todas las nefastas actuaciones que se han llevado a cabo sobre esta línea, en las últimas semanas se ha producido uno de los mayores atentados sobre el Patrimonio Ferroviario con la demolición, por un particular y presumiblemente sin que conste autorizaciones previas, de la Estación de la Rigüela. Este hecho ha supuesto un revulsivo en la misma existencia de la misma y ha agrupado a cientos de personas en congregaciones para pedir la defensa de los restos de este ferrocarril, tan desconocido como bello.

Sin duda, con la perdida de los restos del Ferrocarril de Minas de Cala perdemos una parte esencial del devenir histórico industrial de Andalucía que se adentra en la Región Extremeña.

Santiago González Flores. Historiador de Zufre (Huelva)

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