Estamos acostumbrados a que todo lo ajeno, distinto y lejano nos sobrecoja y lo admiremos como una verdadera obra de arte. Así pues nos sorprenden las robustas y contorsionadas figuras de Miguel Ángel , nos hacen soñar las estructuras «gaudianas» y suspiramos ante los perfectos volúmenes de grandes arquitecturas como «Il Gésu» de Vignola. Y todo ello con razón, pero la estética del arte ofrece obras que explican la historia del lugar donde se encuentran ubicadas; así, detalles tan sencillos como fachadas de ladrillos y mampostería vistas caracterizan a arte original para la Historia Universal del Arte y esta vez no hace falta recorrer grandes distancias porque, originario de España, lo tenemos en la comarca del Río Bodión en su paso por la Vía de la Plata,…hablamos del ARTE MUDÉJAR.
La originalidad de este estilo está en la mixtificación de las corrientes artísticas cristianas (románicas, góticas y renacentistas) y la musulmana de la época, convirtiéndolo en un estilo único que tuvo sus inicios en el siglo XII gracias a los avances de la «reconquista» leonesa, castellana y aragonesa y que supuso la incorporación de territorios con población musulmana aportando su saber en todos los ámbitos artísticos. Sencillez, ligereza y horizontalidad son sus máximas estéticas.
En nuestra comarca, el río Bodión surca sus aguas por el extremo más meridional del, que hoy conocemos como, eje vertebrador de Extremadura , la Vía de la Plata, que si bien originariamente fue un camino romano de comunicación estratégica, económica y política de las distintas provincias de la península con el tiempo cambiará su significado y se convertirá en el CAMINO MOZÁRABE, es decir el camino más rápido y práctico a recorrer por los cristianos de Andalucía y la Baja Extremadura para venerar las reliquias del Apóstol Santiago por allá, tierras norteñas. Sin duda alguna, este camino y su transitabilidad ha potenciado el desarrollo de una estética cuyos focos norteños están en Sahagún , Toledo o Aragón, Así que si nos disponemos a recorrer el camino (Mozárabe) que hoy está más que «manido» por el peregrino santiaguista en su paso por la comarca del Río Bodión, somos conscientes de la importancia que entonces la Orden de Santiago tuvo durante la tan nombrada «reconquista cristiana». Bajo el dominio de monarcas como Alfonso IX, Fernando III y Alfonso X, estos territorios de la Baja Extremadura lograron un desarrollo socioeconómico y poblacional sin precedentes; este es el momento en que iglesias, palacios y viviendas particulares comienzan a mostrar una estética mudéjar por influencia directa de los grandes focos leonés, castellano y aragonés. En Extremadura encontramos innumerables ejemplos como el Monasterio de Tentudía, la Plaza Mayor de Llerena, el Palacio del Maestre de Fuente del Maestre, el patio del Museo Arqueológico de Badajoz, pero sin duda alguna todos ellos quedan representados por el Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe y su patio llamado «Mudéjar»
El inicio de nuestro particular recorrido comarcal siguiendo el antaño Camino Mozárabe desde el sur está en Calzadilla de los Barros donde aún se conservan dos joyas de la ornamentación mudéjar en su «Iglesia del Salvador». Ambos ejemplos los tenemos en su altar mayor. Se trata del «frontal de azulejos» que según BANDA Y VARGAS están íntimamente relacionados con los talleres sevillanos del siglo XVI y la decoración mudéjar de las calles laterales del «retablo mayor» , obra de ANTÓN DE MADRID, artista con taller en Zafra y en que esta ocasión ornamenta con arquillos y decoración geométrica.
Subiendo tan sólo unos kilómetros por la Vía de la Plata nos encontramos con un nuevo ejemplo de arquitectura mudéjar en Puebla de Sancho Pérez; y es que nos sorprende desde las afueras del municipio la «Torre mudéjar» de la «Iglesia Parroquial de Santa Lucía» construída en 1496. Esbelta, su verticalidad contrasta con la horizontalidad del cuerpo de la iglesia. Costruída en ladrillo visto y aparentemente sencilla, su originalidad reside en la decoración a base de arcos apuntados entrelazados; conformando uno de los ejemplos de la llamativa «decoración de sebka» típicamente islámica y muy usual en estos entornos.
Sin embargo y sin lugar a dudas es Zafra, un ejemplo de cómo la estética sencilla y original del arte mudéjar puede diseñar los trazos de un plano urbanístico hasta hoy conservados. Conquistada en 1241 por Fernando III y desde 1394 en manos de la familia de los Suárez de Figueroa como posesión del Condado y Ducado de Feria, será bajo la dirección de estos últimos cuando se desarrolle un conjunto arquitectónico mudéjar completo: palacio, iglesias y viviendas particulares. Como ejemplo de la arquitectura civil lo tenemos en las plazas centrales , «Plaza Chica» y «Plaza Grande». Si la primera en el siglo XVI supuso un centro comercial y artesanal vital para los alrededores, estaba rodeada de posadas y mesones de 2 ó 3 plantas, la inferior con soportales de medio punto o rebajados que apoyan en columnas graníticas de variados capiteles de orden toscano y compuesto. Recientemente y tras innumerables trabajos de restauración se ha puesto al descubierto el ajímez de una de las ventanas y un friso decorativo de ladrillo en el que se ha trabajado un dibujo de arcos carpaneles y conopiales.
Pasando el Arquillo de Pan nos adentramos en la «Plaza Grande» ; ésta en cambio fue centro señorial y festivo y cuyas viviendas de 2 ó 3 pisos rodeaban su perímetro; estaban sustentadas por soportales de arcos de medio punto rebajados y encuadrados en alfiz.
Ejemplo de vivienda particular mudéjar la tenemos en la «Calle Pedro de Valencia» . Geminada de ladrillo queda abierta mediante arcos polilobulados enmarcados por un alfiz con decoración de azulejos que dibujan detalles geométricos azules, blancos y rojos,…que no nos parecen ajenos, si bien nos recuerdan los que decoran infinidad de rincones sevillanos, cordobeses y granadinos.
Pero la Zafra de hoy día no sería tal sin su «Alzázar» o «Palacio de los Duques de Feria». En este actual Parador de Turismo, cuyas obras fueron comenzadas por Don Lorenzo Suárez de Figueroa en 1437 fue remodelado durante los siglos XVI y XVII; sin embargo nos ha quedado dos de las más importantes joyas del artesonado gótico mudéjar. Una se encuentra cubriendo el presbiterio de la capilla y se trata de una cúpula ochavada de madera dorada sobre un cuadrado decorada con un delicada decoración de doseletes y detalles vegetales; la otra cubre la «Sala Dorada» . En ella llama la atención la lacería mudéjar en la que se alternan estrellas de ocho puntas y cuadrados, decorados todos ellos con hojarasca dorada. Este edificio está rodeado de una estructura abaluartada cuya entrada principal está culminada con una nueva ventana geminada y enmarcada bajo un alfiz típicamente mudéjar.
De igual manera en Zafra tenemos muestra de una arquitectura religiosa mudéjar. Así es la arquería de medio punto peraltado del patio del «Convento de Santa Clara» , como un nuevo artesonado, esta vez cubriendo la cabecera del «Convento de Santa Catalina» fundado en 1500 por Doña Inés de Santa Paula.
El Hospital de Santiago, construido a mediados del siglo XV por D. Lorenzo Suárez de Figueroa como inicial residencia de la familia cuenta con un patio claustrado de ladrillo, compuesto por dos niveles de arcos de medio punto sobre pilares octogonales y en el exterior una fachada cuyos pilares góticos están enmarcados en un alfiz y rematados por una arco conopial.
El Camino Mozárabe pronto discurre por Tierras de Barros y ofrecerá nuevos ejemplos de este arte tan sencillo y original en localidades como Villafranca de los Barros u Hornachos.
Lo dicho, no nos hace falta recorrer grandes distancias para disfrutar de una verdadera obra de arte y más si a veces nuestro pasado más remoto puede presentarnos ante obras tan cercanas.
Patricia Clemente Fernández
Historiadora del Arte