¡Cuántos recuerdos caben en un álbum de fotos! Aunque ya no se estilan, los álbumes han recopilado la memoria de nuestras familias, de nuestras instituciones, de nuestros pueblos. Álbumes de comunión, de bodas, de viajes o aquellos que aglutinaban todas las fotos que se iban tomando.
Especial valor tienen aquellos a los que el paso del tiempo ha aportado una pátina histórica y son capaces de reflejar las modas, los lugares o las costumbres de épocas pretéritas. Cuando se descubre un viejo cuaderno de fotografías, se abre una ventana al pasado y a la investigación de los hábitos de nuestros ancestros.
Esto es lo que ha ocurrido con el descubrimiento de un álbum de fotos de los años treinta, por parte de la Asociación Cultural Lieva. En un foro de antigüedades, sus responsables adquirieron un cuaderno con una lujosa encuadernación en piel verde y la inscripción “Recuerdo de la Exposición Ibero-Americana Sevilla”, llamando la atención que apareciesen menciones a Galaroza y a Fregenal de la Sierra.
Con la curiosidad propia de estos momentos, profundizaron en el producto hasta descubrir un auténtico tesoro gráfico. Se trata, en realidad, de un álbum de recuerdos de una familia que incluye las fotos del verano que pasaron en en estas tierras del Sudoeste Ibérico.
Hay un contenido que ha permitido datar en parte esta colección. Se trata de una postal que una tal Jacinta envía a su prima, Ángela Pérez Martín, el día 3 de enero de 1932 desde La Laguna (Tenerife). El texto era, en realidad, una felicitación por el nuevo año a su prima Angelita, en respuesta a la que recibió desde Galaroza, pero introduce su deseo de un feliz año, “en el que podamos reunirnos para renovar aquellos agradabilísimos días del de el año 30”.
Con este y otros textos, se ha podido identificar a la familia receptora de la misiva, siendo la destinataria Angelita ‘la de Roque’, que ejercieron la profesión comercial durante muchos años en Galaroza. Su padre fue Roque Pérez Pequeño, llegado al pueblo desde Asturianos (Zamora), y que llegó a ocupar puestos de responsabilidad en distintas áreas sociales, políticas y económicas de la localidad cachonera. El día del nacimiento de su hija Ángela, el 29 de julio de 1913, los datos recogidos del Registro Civil le adjudican la profesión de liencero y un domicilio en la calle Toro. Su esposa, María Dolores Martín Hernández, tenía padre y madre salmantinos, pero había nacido ya en Galaroza hacía tan sólo 21 años.
Roque Pérez fue teniente de alcalde del Ayuntamiento de Galaroza, según la Guía de Huelva de 1926, teniendo en aquella época una mercería. Antes, había sido fundador de la Sección Comercial de Galaroza, el 13 de mayo de 1913, y socio principal de la Sociedad Unión Recreativa a partir de 1919, llegando a ejercer prácticamente todos los cargos principales de este casino, incluida su presidencia.
Tras su trágica muerte, su familia siguió con los negocios, y la propia Angelita ‘la de Roque’, atendió al establecimiento de mercería hasta bien avanzada edad, muriendo en su casa de Sevilla, el 5 de enero de 2000.
La narrativa de esta familia es relevante para entender el álbum hallado. Su nivel de vida y pertenencia a un estrato social alto para la época facilitaron sin duda la posibilidad de intercambio, de celebraciones y de atenciones que se visibiliza en la colección. Angelita es la verdadera protagonista del álbum, ya que aparece en la mayoría de las fotografías. Su belleza resalta entre las demás personas y ofrece un hilo conductor al relato que puede apreciarse en este repertorio gráfico.
En las páginas se van recogiendo fotos de la familia, de niños, de estancias en otros lugares, y de la propia Jacinta, quien envió la postal canaria, en un retrato firmado en Badajoz en enero de 1931. Otra de las variantes que aparecen es que, aunque la mayor parte de las fotos están fechadas en 1930, también las hay de 1926 hasta 1940, incluso una de 1948, lo cual imprime al conjunto un reflejo de toda la década. De hecho, en una fotografía del 12 de septiembre de 1937 se añade la expresión “II Año Triunfal”, propia de la iconografía franquista del momento.
Las fechadas en el año 30 sí ofrecen una continuidad, al estar tomadas casi todas en agosto y septiembre de ese año. Son las que muestran estampas familiares y vivencias en Galaroza, suponiendo el pilar etnográfico más relevante de la investigación. Aparecen escenas del pueblo, algunas de las cuales son las primeras en conocerse o se trata de lugares que ya no existen o han sido modificados por el paso del tiempo. Igualmente, se hicieron fotos en otras poblaciones cercanas, como La Nava o Alájar, apareciendo escenas en el Puente del Infierno, la Peña de Arias Montano o una estación de tren con dirección a Fregenal.
En lo referente a la esfera antropológica, hay fotos que recogen hitos festivos o patrimoniales, como la romería de la Reina de los Ángeles, el traje de serrana, meriendas campestres, una matanza tradicional del cerdo ibérico o vestimentas y escenas propias de la burguesía de la época. Mención especial merece una foto de la fiesta de Los Jarritos, que es la más antigua sobre este evento conocida hasta la fecha.
El hallazgo es importante para la historia de la fotografía en la zona, ya que aglutina características muy relevantes en diversos ámbitos. La investigación se enmarca en el 25 aniversario de la Asociación Lieva, que está aportando numerosos frutos y para cuyo programa de actividades se ha solicitado apoyo a instituciones como la Diputación de Huelva, ayuntamientos como el de Galaroza, Higuera de la Sierra o Alájar o empresas como Savilcon.
Asociación Cultural Lieva