Castillo de Aracena

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Dirección
Cerro del Castillo s/n
Aracena
Huelva
Andalucía
21200
España


Allá por el siglo XIII parece ser –ya que no hay mucho científicamente probado por el momento- que se comenzó a construir el Castillo de Aracena junto a la primera población conocida de esta localidad. De éste sólo quedan algunas ruinas, como la torre del homenaje y dos murallas que muestran cual era el trazado de la ciudad medieval –la más grande- y la de la fortaleza o alcazaba, justo en la cumbre de la montaña, a unos 700 metros sobre el nivel del mar. 

Hay constancia, según el director de la intervención arqueológica que se desarrolla –de forma previa a las obras de restauración- en la actualidad, Eduardo Romero Bomba, de que había alrededor de 200 familias viviendo en la cima de esta montaña, y que “parece ser” que provenían de zonas gallegas y castellano leonesas. El castillo se construyó bajo la Orden del Hospital Portugués. Aunque también hay constancia de que los árabes estuvieron asentados en el mismo sitio. Tras árabes y portugueses y varias disputas, la fortaleza pasó a manos castellanas, quienes ejecutaron algunos cambios sobre el trazado original.

 

Aljibes

 

Otro de los restos mejor conservados de este asentamiento son dos aljibes perfectamente inidentificables, lo que muestra que ya en esta época contaban con alguna que otra infraestructura. 

Para intentar aclarar exactamente la zona donde hablamos, se encuentra justo al lado de la Iglesia –la cual se comenzó a construir en el mismo siglo XIII y se finalizó en el XV-,  estando la puerta de la ciudad medieval exactamente en la actual plaza del Mayor Dolor.

Según indica Romero Bomba, todavía no se ha lavado la cerámica hallada ni se han excavado las casas particulares, “por lo que no tenemos más información” sobre la forma de vida de sus habitantes. 

Parece ser que escogieron esta zona debido a que era un cerro aislado con buena  visibilidad –se divisa el sur de Badajoz y los accesos desde Sevilla y Huelva-, así como por la abundancia de agua –que almacenaba en los aljibes para épocas de asedio- y porque también tenían terrenos para cultivar, según indica el director de las intervenciones Arqueológicas que comenzaron el pasado verano y que finalizarán, por el momento, en este mes de diciembre.

Las obras de la fortaleza de Aracena no son únicas en la zona ni en la región andaluza, ya que se enmarcan dentro del proyecto de la Junta de Andalucía para la recuperación de antiguas fortalezas. En la Sierra se han ejecutado ya algunas obras como las de los castillos de Cumbres Mayores, Cumbres de San Bartolomé, Santa Olalla del Cala, Cala, Zufre, Aroche o Almonaster la Real.

Según Romero Bomba, cada castillo tiene sus propias características. “Y desconocemos las comunicaciones entre los mismos”, añade.

Ahora hay que esperar a que los especialistas continúen su trabajo y puedan dilucidar para el resto de los mortales exactamente cómo era la población y cómo vivían, al igual que las de la alcazaba. Es el principio de un estudio, así como el inicio de las obras de restauración, que ha tardado demasiado en comenzar. 

Lo que parece que desconocían los habitantes de la Aracena del siglo XIII era la gruta que se encontraba –y se encuentra- justo debajo de la misma fortaleza; habría que esperar aún unos cuantos de siglos para su descubrimiento, a principios del siglo XX.

 

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